Poolso Billar

La imagen pertenece a Park and Market y no, no es del sitio al que hago referencia en el post, pero se ve bonito en mi blog.

Cierta tarde, después de largo rato vagando en compañía de mi mujer y una amiga, caímos en la cuenta de que aquéllo no era tan divertido como lo hacen parecer todos esos hombres bohemios de ropas sucias y raídas que salen en televisión. Pensando en sitios posibles para nuestra sana recreación y tras haber descartado plazas, cafés y restaurantes, mi chica tuvo la idea de que fuéramos a un billar en el que había festejado el cumpleaños de no-sé-quién y cuyo ambiente le había gustado. La amiga que nos acompañaba estuvo de acuerdo en seguida, pero costó algo de trabajo convencerme, pues la plática fue más o menos así:

-Amor ¿Y cómo es que conoces ese lugar? ¿Cuándo fuiste?
-¿No te acuerdas que te conté?
-No.
-Es el billar a dónde fui con C. -su mejor amiga- el día que la cachetearon...
-Ah, no, pues sí, qué buen lugar.

Todos los billares que yo había conocido se prestaban para poder presenciar ese tipo de espectáculos, aderezados con olor a cigarro y cerveza mientras algunos sujetos con pinta de asaltantes se dedicaban a observar con lascivia a cuanta fémina que se atreviera a entrara al local. Algunos otros, menos "salvajes", tenían como clientes a estudiantes de preparatoria, que actuaban de la misma manera. Por fortuna, el sitio no tenía nada que ver con lo que yo imaginaba.

Ubicado en un pequeño centro comercial, nos dio la bienvenida con un letrero de neón y una extensa barra. Se trataba de un loft, que contaba además con dos tapancos y una terraza. La decoración, la música, la gente que se encontraba en las mesas... todo me enamoró.

En esa ocasión resultó que la mesa que estábamos utilizando había sido reservada por un par de señores con puro en mano, seguramente encendidos (los puros, of course) con algún billete de alta denominación. Éstos no estaban dispuestos a cedernos la mesa, pero sugirieron que jugáramos contra ellos y que si les ganábamos, nos podíamos quedar con ella. La amiga con la que íbamos sólo se límitó a decir "no", y dándose la media vuelta, fue en busca de una nueva mesa. Es por eso, estimados lectores, que el día de hoy les escribo desde la computadora de un café internet en lugar de... meh, olvídenlo, la verdad no me hubiera dejado ligar por dichos caballeros de avanzada edad.

Acudí algunas veces más, siempre disfrutando de la compañía, la música y la vista (por supuesto, hablo de las niñas y niños bonitos, nunca me asomé a la terraza). Por desgracia, hace poco pusieron un gimnasio (¡un puto gimnasio!) en el lugar en donde solía estar el billar. No tengo ni idea de que haya sucedido, pero definitivamente ha quedado un hueco muy profundo... bueno, sin tanto drama pues: extraño demasiado ese lugar. Quiero jugar al pool, pero ya no hay dónde.◘


Nota: Escribí esta entrada en tiempo récord, así que creo que ahora que he podido lograrlo, tendrán post más seguido. ¡Saludos!


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4 comentarios:

:( dijo... / 19 de mayo de 2011, 8:29  

Bueno, un salón de pool que no se llene de sujetos con pinta de asaltantes, o estudiantes, que se dediquen a observar con lascivia a cuanta fémina se atreva a entrar al local, no suele ganar dinero, y por ende, dura poco...

Creo que para mantener un salón de pool donde las mujeres se sientan cómodas, como ése, se necesitaría un dueño altruista que no necesite dinero...

Anónimo dijo... / 19 de mayo de 2011, 13:14  

no se jugar billar, pero una vez soñe que era muy buena en eso jejeje

De conocer un lugar como el que describers, sin duda lo intentaria

Señorita Morfina dijo... / 19 de mayo de 2011, 17:27  

A mí me encanta jugar billar, pero tienes razón, todos tienen pinta de tugurio de mala muerte, afortunadamente en mi rancho hay un bar muy agradable y, por suerte, cuentan con mesas de billar; y eso, créeme, me hace mucho muy feliz.

Saludos;

Diseñofílica dijo... / 26 de mayo de 2011, 15:09  

: (: Pues de hecho siempre estaba lleno, yo sospecho que más bien dejaron pasar menores de edad y los descubrieron... algo así.

Keniposa: Yo aprendí jugando en Internet :P, ya cuando es en vivo sólo hay que aprender a tirar. Lo más importante es calcular hacia dónde hacerlo.

Morfina: Yo voy a tener que buscar un nuevo lugar, a ver hasta dónde lo encuentro :P.

¡Saludos!